miércoles, 4 de mayo de 2011

Llanto doloroso: la culpa de Pedro


En dos ocasiones, Pedro declaró su intención de mantenerse firme y nunca negar al Maestro. La segunda afirmación sucedió esa misma noche, después de que el Señor había predicho que Pedro lo negaría tres veces. El punto importante es que el llanto de Pedro lo condujo al arrepen­timiento, a un cambio de corazón y a una verdadera conversión, aunque el proceso fue doloroso. A veces necesitamos vernos como en realidad somos, lo que hay en el corazón, de qué traición somos capaces, y enton­ces caeremos, quebrantados, como Pedro, ante el Señor.

¿De qué forma tus caídas y tus fracasos te han hecho más sensible a las caídas y los fracasos de otros?

Ejercicio: carta para el perdón
Objetivos
Ejercitar habilidades de expresión de sentimientos desde una actitud empática (intentando comprender el comportamiento de los demás).


Descripción
Se trata de escribir una carta a alguien que les hace o les ha hecho sentir inferior.
Se termina compartiendo con el resto del grupo cómo se han sentido al escribir la carta. El que quiere la lee al resto.

 “Ejercicio: carta para el perdón”
Todos nos hemos vistos obligados en alguna ocasión a tratar con gente que nos ha hecho sentir inferior: una madre o un padre que te han estado regañando a lo largo de toda tu vida, un amigo que continuamente se burla de ti o un profesor cocodrilo que cuando abre su boca es mejor que te prepares para recibir un mordisco.
1. Elige una de esas personas y escríbele una carta. Expón en dicha carta tu dolor y tus heridas. Pregúntale sus razones por las que actúa así contigo, pero no lo ataques ni abuses verbalmente. Expresa tus sentimientos para tratar de entender el comportamiento de esa persona (todo el mundo se comporta de la mejor manera que puede de acuerdo con el conocimiento, la comprensión y la conciencia que cada uno tiene en ese momento). Escribe abierta y honestamente, con buena fe y sinceridad, intentando restablecer líneas de comunicación. Sea la forma en que la persona a la que diriges la carta responda (a la defensiva, acusando, hostil, incomunicativa, o abierta, deseosa de pedir excusas, compasiva e igual deseosa que tú de revitalizar vuestra relación), debes sentirte muy orgulloso/a de ti mismo/a por haber sido una gran persona con una mente abierta y un gran corazón para escribir la carta. Si esa persona resulta tan dañina para ti que ni siquiera vale la pena intentar salvar tu relación con ella no le mandes la carta, pero escríbela de todas formas: te puede servir para reflexionar sobre lo sucedido, ser sincero/a contigo mismo y un montón de cosas que te pueden ayudar a progresar en tu vida.
2. Compartimos con el resto del grupo cómo nos hemos sentido al escribir la carta y el que quiera la lee al resto.


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